Comentario
Situado en el ángulo suroeste del interior del recinto amurallado del Templo de Amón, el tercero de los templos levantados en Karnak por Ramsés III (pues el de Mut, mal conocido, también era suyo) fue terminado y aprovechado por Herihor para dejarnos en él testimonio de sí y de sus intenciones, aún en vida de Ramsés XI.
Aparte de ejemplo típico y bien conservado de templo del Imperio Nuevo de dimensiones modestas (73 x 29 m.), simétrico y bien proporcionado, el Templo de Khons era la última palabra de la arquitectura templaria ramesida, y así lo comprendieron los Ptolomeos cuando vertieron sus módulos a la pauta rítmica de la arquitectura griega, al rigor y a la precisión de líneas de su diseño. La reducción a uno de los dos patios porticados del Rameseum y del Medinet Habu era una sana medida destinada a imponerse en el futuro.
Como si quisiera rendirle homenaje, Ptolomeo III Evergetes levantó frente a él un magnífico pílono en el muro de adobe de Karnak, señalando el punto en el que la avenida de esfinges de Nectanebo (que lo enlazaba con Luxor) se bifurcaba, para realzar la presencia de este templo filial del gran coloso de Amón.